martes, 24 de noviembre de 2009

12º Feria del Libro Independiente y Autárquica


5 y 6 de diciembre
(si llueve pasa al 12 y 13)

Cooperativa Gráfica Patricios
Patricios 1141 Barracas-La Boca

el ombligo de la cultura independiente...

más información en:
info.flia@gmail.com
feriadellibroindependiente.blogspot.com
www.flia.org.ar
www.fotolog.com/fliaoficial



miércoles, 4 de noviembre de 2009

Las tejedoras en noviembre


" últimas cuatro funciones del año"

Isaura y Angélica son dos hermanas que pasan su tiempo tejiendo y charlando en una casona de Floresta. Pero sus vidas no son nada tranquilas, el peligro de ser víctimas de un crimen, la paranoia, la amnesia y los ecos de un pasado oscuro se enredan en sus días y sus noches. Las paredes de la casa encierran secretos y desgracias antiguas. Entre agujas y conversaciones triviales se desteje un destino y se teje una desgracia.


Sábados 20:30 hs.
Moreto 561 (J. B. Alberdi 4400)
Sólo con reservas al 4671-4723
Bono contribución $ 20
(con empanadas, vino y música después de cada función)


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las tejedoras en octubre


Isaura y Angélica son dos hermanas que pasan su tiempo tejiendo y charlando en una casona de Floresta. Pero sus vidas no son nada tranquilas, el peligro de ser víctimas de un crimen, la paranoia, la amnesia y los ecos de un pasado oscuro se enredan en sus días y sus noches. Las paredes de la casa encierran secretos y desgracias antiguas. Entre agujas y conversaciones triviales se desteje un destino y se teje una desgracia.

Sábados 20:30 hs.

Moreto 561 (J. B. Alberdi 4400)

Sólo con reservas al 4671-4723

Bono contribución $ 20



lunes, 14 de septiembre de 2009

Las Tejedoras. Por Luciano Alajarín

Siempre he sido bastante curioso. Muchas veces me distraigo escuchando conversaciones ajenas en el colectivo o el subte. Mientras camino por la calle y puedo husmear alguna ventana imagino la vida de las personas que habitan o transitan por esa casa. ¿Y si alguna vez pudiera hacerme invisible? Me sentaría en la mesa a escuchar a esa pareja de ancianos a los que siempre creí casados hasta que una amiga me contó que eran hermanos. O tal vez, miraría como descarga las bolsas en su cocina la señora que corre de negocio en negocio y susurra cosas inaudibles.

Bueno, un poco con esta fantasía me permitió jugar Las tejedoras. La historia nos va develando, con un ritmo bien llevadito, qué hay detrás de la tensión entre estas dos hermanas de barrio, con historias oscuras pero que a cualquiera de nosotros nos podrían resultar cercanas. Las actuaciones están muy interesantes y es una obra extensa pero con un manejo de las intensidades que me mantuvieron siempre adentro (literalmente adentro) de la situación.

Sin dudas lo más fuerte, lo que me produjo sensaciones más movilizantes, fue el manejo del espacio: gritar desde la cocina, salir a la calle, que te dejen solo en el living vacío, la noche, el día, las visitas, los sueños, los recuerdos. Allí, con pocos recursos materiales (los que puede haber en muchas casas), todo eso …
¿Se imaginan el lugar? Una interesante propuesta investigativa…

Muy recomendable.
Publicado en: resenasdecineyvida.blogspot.com


Sábados 20:30 hs.

Moreto 561 (J. B. Alberdi 4400)

Sólo con reservas al 4671-4723

Bono contribución $ 20

martes, 1 de septiembre de 2009

Vuelven Las Tejedoras





En septiembre reestrenamos la obra Las tejedoras, nuestro segundo intento de acercarnos al teatro y de que el teatro se acerque a nosotros. En esta oportunidad nos propusimos un desafío del cual queremos hacerte parte. Adaptamos la puesta al escenario propio de la obra, una vieja casa de barrio. Buscamos de esta forma transitar espacios alternativos a los que estamos habituados y encarar como actores una experiencia de investigación.

La propuesta incluye una copa de vino de invitación. Y para después de la obra, si te querés quedar a charlar, preparamos empanadas y vino a precios accesibles. Y también, claro, un poco de música.


Sábados 20:30 hs.

Moreto 561 (J. B. Alberdi 4400)

Sólo con reservas al 4671-4723

bono contribución $ 20

miércoles, 19 de agosto de 2009

Reflexión sobre la Feria del Libro Independiente y A - FLIA

Darío Semino


Pasó la FLIA número once en la fábrica recuperada IMPA. Más de trecientos puestos y más de diez mil personas llenaron el lugar durante dos jornada enteras. Además de festejar por el éxito me parece un buen momento para reflexionar sobre qué es la FLIA y qué representa para quienes participamos de ella.


Una anécdota personal: hace pocos años, en una charla informal con algunas personas vinculadas al medio teatral que se habían juntado para discutir problemáticas, opciones para el futuro y demás etcéteras del teatro independiente en la Argentina, sugerí, tímidamente, la necesidad de hacer algo grande, que movilizara la mayor cantidad posible de gente en nombre del teatro. El comentario fue recibido con un par de sonrisas escépticas y una frase que ya había escuchado antes y que lamentablemente volví a escuchar, adaptada a distintas circunstancias, muchas veces más: “eso pasaba en otra época”. Después siguieron varios segundos más de escepticismo silencioso y finalmente el remate: “Ahora la gente está en otra cosa, no quiere involucrarse.”

En ese mismo momento, sin embargo, en otro lugar de la ciudad, un grupo de personajes extraños: escritores autoeditados, bohemios, intelectuales de la noche y agitadores culturales, se juntaba para planear algo. La noticia de ese algo nos llegó a Arteludovica por medio de Diego Arbit: “es la Feria del Libro Independiente, una movida muy abierta de la que participan muchas agrupaciones; al ser tantos es difícil tomar decisiones y llevarlas a cabo, pero la energía que hay es muy hermosa”. Como nosotros estábamos editando en ese momento el libro de nuestra obra de teatro nos pareció lo más natural del mundo participar del evento. Era imposible saber que para algunos de nosotros esa participación se convertiría en un aprendizaje único, no tanto en el sentido estético sino en el aspecto militante que todo artista necesita asumir en una sociedad que decidió darle la espalda al arte.

La primera FLIA de la que participamos, debió ser la quinta o la sexta que se realizaba, movía aproximadamente dos mil personas. Desde ese momento hasta ahora lo único que hizo fue crecer. La décima llevó una cinco o seis mil personas y la última, la décimo primera, superó las diez mil personas a lo largo de dos días de duración. Además de eso se organizó una FLIA en Chile y se está preparando otra en La Plata. Bastante bien para un evento que no está financiado por ninguna empresa, grupo político o gobierno, que no recibe subsidios y por el cual nadie cobra un centavo. ¿Cómo es que ocurre esto en una época en que la gente está en otra cosa y no quiere involucrarse? Porque la anécdota del comienzo no representa un caso aislado sino que refleja una postura o sentimiento que es propio de nuestro tiempo: el creer que lo importante ya pasó, que toda construcción colectiva está más cerca de la utopía que de la realidad y que sólo se puede resistir el peso aplastante del consumismo mediante acciones individuales o de grupos reducidos. Vale la pena detenerse un poco a pensar la relación entre este sentimiento de época y su más palpable negación, la FLIA, para entender por qué se produce ésta última.


En nuestra sociedad el arte surge, para quienes buscan una forma de oponerse al sistema, como una opción seductora. Tenemos en la memoria las sombras del siglo pasado con su brutal pugna entre dos sistemas económicos que hoy están desacreditados. Uno por su incapacidad para construir el mundo del futuro y el otro por la voracidad con la que domina el mundo del presente. Sin embargo los artistas que vivieron en esos sistemas y que lograron crear más allá de sus pujas cotidianas gozan hoy de buen recuerdo. Creo que eso está estrechamente ligado al escepticismo que impera frente a lo político y social. Todas las estructuras que desempeñaron un papel importante en el siglo pasado, partidos políticos, gremios, sindicatos, el mismo Estado, carecen de legitimidad. La encarnación más plena de ese sentimiento se da, en nuestro país, durante la década del noventa. Es a partir de entonces que la gente está en otra cosa y no quiere involucrarse. El arte, en cambio, aparece como un espacio más limpio, desde el cual se puede construir un discurso crítico con cierto grado de autonomía. El desarrollo tecnológico apoya esta tendencia al facilitar el acceso a los medios de producción de una obra artística. Hoy es posible realizar a un costo muy accesible una película, un libro o un disco de música. Y en lo que hace a la difusión, Internet permite la llegada gratuita a miles de personas para cualquier proyecto artístico. El futuro dirá si es paradoja o dialéctica el hecho de que el sistema capitalista provea, mediante la tecnología desarrollada por sus empresas, las herramientas más útiles para combatirlo. Por ahora basta con señalar la existencia de estos dos hechos, por un lado la decepción de lo político que produce como contrapartida una reivindicación de lo artístico, y por el otro la facilidad técnica para producir obras de arte. Es importante señalar estos dos fenómenos porque su combinación es lo que produce la figura central de todo este proceso, esa figura es el artista independiente.


Buenos Aires, tanto la Capital como el Conurbano, y también otras partes de la Argentina, están plagadas de sótanos, casas viejas, bares diminutos, construcciones tomadas, centros culturales clandestinos, teatros hechos con nada. En todos lados tocan bandas de nombres ignotos, se leen cuentos inéditos, se actúa sobre escenarios que no existen. Alguien usa una estropeada silla de oficina para una improvisación, otro construye su escenografía con papeles rescatados del tacho, lo que antes fue una puerta se convierte en la tabla de una mesa para vender discos y revistas, por las calles circula un automóvil hecho con libros y varias bocas toman cerveza en un frasco de mermelada mientras disfrutan de un recital de poesía. En todos esos lugares el artista independiente es protagonista. Con sus contradicciones y limitaciones, con sus errores y sus aciertos el artista independiente es el individuo que se atrevió a la grandeza dejar de lado los canales tradicionales para construir sus propios circuitos de creación y difusión. Es el que transformó, por convicción o necesidad, el escepticismo político en acción artística. El artista independiente es creador, productor y difusor de su obra. Está solo, sin ninguna estructura que lo apoye. Y es en eso que radica su fuerza. Porque al no tener una empresa que le organice un concierto o le distribuya el libro, se ve obligado a conectarse con otros, a tender lazos de colaboración y desarrollar redes en todas las direcciones, de eso depende su supervivencia.

La FLIA es el resultado de varios años de trabajo sostenido e interconectado de decenas y cientos de grupos e individuos que, por uno u otro motivo, funcionan con esa lógica. El que la cantidad de estos grupos e individuos sea cada vez mayor se debe a lo antes mencionado: el descrédito de otro tipo de prácticas de acción social y política y la accesibilidad que provee la tecnología. Esto no quiere decir que el artista independiente no sea un verdadero artista en el sentido más clásico. Cada uno de nosotros desarrolla su obra estética desde sus posibilidades y limitaciones sin que exista un criterio unificador más allá de la realidad compartida. Hay quienes cargan sus creaciones con un claro contenido político y quienes prefieren cantarle a la noche y los abismos, hay quien inventa mundos ficticios y quien se dedica a denunciar las injusticias del mundo real. No es en la estética donde la militancia agarra cuerpo sino en el trabajo de hormiga que requiere la difusión, la búsqueda de espacios, la organización conjunta y permanente de festivales, fiestas, recitales, eventos y lecturas. Si el público se acerca con mayor frecuencia a este tipo de producciones, más allá de calidad estética de cada obra, es porque reconoce la vitalidad que estos artistas y agitadores culturales poseen.


La FLIA, entonces, expresa la necesidad del artista independiente de seguir creciendo y construyendo su espacio. Un espacio que no podrá tener la textura del siglo pasado ni los códigos que rigieron lo que va del presente. Al principio señalé que la FLIA representaba para muchos de los que participamos en ella un aprendizaje. Quiero cerrar el artículo dándole mayor precisión a esa idea. La FLIA es el resultado imperfecto de una sociedad imperfecta. Hay quienes asisten a ella movidos por la simple curiosidad o el interés personal, otros intentan sacarle provecho y todos hacemos siempre lecturas distintas de lo que ocurre. Las discusiones y peleas nunca escasean. Y los problemas organizativos son moneda corriente en cada evento. Sin embargo cuando estamos ahí, en el medio de la música, la gente y los libros, existe un vínculo distinto del resto de los vínculos que construimos en nuestra vida. Sin conocernos mucho, a veces sin tener del todo claro el nombre del otro, sin ser amigos ni conocidos, somos compañeros. Esa es la energía muy hermosa de la que hablaba Arbit. Y esa energía es el resultado de compartir un aprendizaje. ¿Qué es lo que se aprende entonces? Se aprende a construir un espacio nuevo, que va conociéndose a sí mismo por medio de sus errores y avances; se aprende a quebrar el escepticismo, a sacarnos de encima la telaraña de los noventa; se aprende, en resumen, a transformar la realidad.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Feria del libro independiente y autoadhesiva


16 Y 17

AGOSTO

en IMPA

QuERANdíEs 4290
(esquina Pringles-Caballito)
de 12 a 22hs

por la recuperación del
espacio púbico


Editoriales independientes - Fanzines - Publicaciones Alternativas - Revistas - Escritores/as independientes - Encuadernadores/as - Fotógrafos - Ilustradores
Pintores - Artistas visuales - Poetas - Locos lindos -
Músicos - Cineastas - Vj´s - Teatro -
Performances - Charlas - Hippies - Historietistas -
Huertistas - Vos - Comics - Punks -
Distribuidoras - Gente con extraños peinados nuevos
Colectivos de difusión - Medios - Radios - Periódicos -
Nosotros - Aldeas - Fliita (espacio para niñxs!)


miércoles, 29 de julio de 2009

Última función


Sábado 1 de agosto 21:30 hs.
Mimoteatro Escobar-Lerchundi
Defensa 611
Reservas a contacto@arteludovica.com.ar o al 4671-4723
Entrada $20

martes, 14 de julio de 2009

Las tejedoras después de la gripe


Sábados 21:30 hs.
Mimoteatro Escobar-Lerchundi
Defensa 611
Reservas a contacto@arteludovica.com.ar o al 4671-4723
Entrada $20
Podés leer la entrevista que nos hicieron en www.poesiaurabana.com
y la que nos hizo Kekena Corvalán en www.leedor.com

miércoles, 8 de julio de 2009

Las tejedoras engripadas


La función del sábado 11 de junio de 2009 por razones que son de público conocimiento está suspendida.

lunes, 22 de junio de 2009

Las tejedoras. Por Teresa Gatto

Dos hermanas coexisten en una casa que de tanto en tanto se puebla de ruidos y presencias fantasmales. Ellas, Angélica e Isaura, pasan sus días tejiendo una, hilando la otra, en medio de conversaciones aparentemente banales que van dando cuenta de algunas zonas de olvido aparentemente imputables a la menor. Así, Angélica, la mayor, en su rol de primogénita, cuida de esa hermana que parece haber olvidado el pasado. No recuerda a su madre fallecida casi al instante en que ella alumbró a la vida, como así tampoco a su padre. Estos datos y su constante incomodidad dan cuenta de una parcela de la historia de una familia que se destruyó y ya no existe. Estos olvidos de Isaura, son irreales, lo sabremos luego, y forman parte del secreto y no de la amnesia.

Lo espectros aparecen en la escena, provocando sombras y sospechas, prefiguran esas zonas pretéritas que no se dejan develar. De la misma manera, los afanes esotéricos, las lecturas de la borra de café y los referidos místicos, cargan al ambiente de un misterio que es un más allá de lo textual.

Angélica, la mayor y aparentemente más pragmática hace caso omiso de esas perturbadoras presencias/ausencias y se dedica a tejer y entregar los tejidos que proveen el sustento diario, aunque cree en revelaciones, pitonisas, etc.

Pero esos fantasmas, resultan indiciales para el espectador que prevé que la historia no será lineal. Hay mucho del pasado de esa familia que desconocemos.

Cuando caen todos los velos y se revela que nadie es quien dice ser, la apretada trama tejida en años de historia, da un viraje a la narración que se convierte en una intrincada madeja de traiciones, mentiras y secretos de muerte.

¿Quién lo ha olvidado todo? ¿La mayor? ¿La menor? ¿Qué es lo que se ha olvidado y qué lo que se quiere sacar a luz?

Hacia el final, una herencia de cuyo destino, sólo Angélica tiene el mapa, desenmascara los verdaderos parentescos, la verdadera amnesia traumática y la codicia como uno de los motores de la acción.

La puesta en escena tiende a generar un clima de suspenso en el que se filtran toques de humor sutil y efectivo. Las actrices Nadia Cantó y Estefanía Revas, juegan sus personajes con gran solvencia y regularidad ya que la obra las tiene en escena casi todo el tiempo y por el tipo textual, las arroja a una soledad de la que salen airosas ya que no hay baches ni mesetas. Ambas sostienen orgánicamente a sus criaturas.

El espacio escénico es despojado, utilizando sólo los objetos que son rigurosamente necesarios para el accionar de los personajes, permitiendo así el recorrido de los fantasmas, que cada tanto pueblan la casa de rumores y sospechas del pasado. El diseño lumínico resulta efectivo, custodiando los claro-oscuros necesarios a la hora de lo espectral.

La dirección logra resolver la puesta, guiando a las actrices, a la hora de sostener más de una hora de una historia que no cuenta lo oculto del modo tradicional.

Con un cierto matiz psicologista, la obra deviene casi en policial: hay un secreto, una conspiración para cometer un delito y un desbaratamiento del mismo porque nadie ha olvidado todo lo que debía olvidar.


Publicado en Leedor el 19-06-2009
www.leedor.com

Sábados 21:30 hs.
Mimoteatro Escobar - Lerchundi
Defensa 611
Reservas en contacto@arteludovica.com.ar
o al 4671-4723

martes, 16 de junio de 2009

A dos agujas. El arte de tejer y de gustar. Por Perez Artaso Ariana

El pasado sábado 13 junio se estrenó en el Mimoteatro Escobar – Lerchundi, Las Tejedoras, obra escrita por Darío Semino y dirigida por María Fernanda Catullo, tejiéndose en el escenario y desplegando su belleza.

Poco queda por decir. Cuando una buena historia se junta con excelentísimos actores, cuando el guión es fluido e inteligente, todo se da –redondito-, y uno disfruta de una gran obra.
Las Tejedoras, dirigida por María Fernanda Catullo y escrita por Darío Semino es una pieza de encastre, un rompe cabezas, un mecanismo de relojería en el que todo funciona: algunas manivelas generan suspenso y nos intrigan, ciertas roscas nos distraen y hacen seguir caminos que, para nuestra sorpresa, no son correctos ni errados. Tornillos, ajustando cada pieza, nos hacen reír y disfrutar. La maquinaria de esta obra es completa y eficiente; a Las Tejedoras no le falta nada porque en cada movimiento nos da todo, con esa generosidad que tiene el arte y que a veces –por mezquindad, distracción o falta de gracia- se nos pierde; desencuentro recurrente entre artistas y públicos.
Pero en esta casona derruida y habitada por Angélica e Isaura –o Catalina, quién sabe a esta altura-, sólo se dan reconfortantes encuentros: miramos, porque ciertamente tienen algo que decir, algo que mostrar; el buen teatro en el escenario.
Las dos mujeres, hermanas –por lo menos en apariencia-, pasan sus tardes intentando recordar un pasado intermitente. Tejiendo para vivir, entre supersticiones, interpretaciones de sueños, libros por fin leídos y algún que otro ladrón puntual -pero invisible-, los personajes nos internan en un mundo místico, paranoico y testarudo que, entre pantuflas y a dos agujas, nos atrapa como la manta con la que los demonios de estas tejedoras envuelven sus cuerpos, haciendo de lo conocido la inmersión en un confuso infierno.
Los mil fantasmas que habitan la casa, las mentes y la puesta toda, afilan desde un comienzo sus agujas, marcándonos el pulso de un corazón que no se acelera, y el latir de un tiempo que no pasa. Son ellos los que nos hacen pensar que ésta puede ser una obra psicológica. Difícil de encasillar, Las Tejedoras narra la historia de una misteriosa -y por algunos ambicionada- herencia en manos de Angélica, manos que tejen y destejen, generándonos la duda. La locura y la cordura se anudan en sus hilos que en vez de lana, parecieran estar hechos del material de la desgracia: amnésico y latente, como todo secreto.
Y poco queda por decir, porque cuando una obra resulta, resulta y no hay más vueltas.

www.revistasiamesa.com.ar
Sábados 21:30 hs. en Mimoteatro Escobar - Lerchundi
Defensa 611
Reservas al 4671-4723

lunes, 8 de junio de 2009

Estreno - Las Tejedoras - 13 de junio


LAS TEJEDORAS

Lo que uno piensa en el sueño, ¿es sueño o pensamiento?

Sábados 21:30 hs.

Mimoteatro Escobar - Lerchundi
Defensa 611
Reservas en contacto@arteludovica.com.ar o al 4671-4723